Acariciar tu ser
en aura, como luz de vela brío,
es tu enigma beber
en el átomo mío,
tu santo cuerpo mi libre albedrío.
Ninfa de Jericó,
¡Oh!, clavel fresco cual bellos zorzales
¡quién como yo te amó!
mujer de mis corales;
¡Mata amor estas víboras de males!.
¡Calla amada tus labios!
que son aperos del sudor labranza
de andares dromedarios,
bieldos de una balanza
donde pesé mi ayer y, tu alabanza.
Cual lágrima de flor
de marzo, ahuyentad a mis enemigos
con un ¡grito de amor!,
¡oh!, azul de los espigos,
grano límpido de todos los trigos.
¡Oh, Jordán! ¡oh gran río!,
¡oh!, vertiente infinita de los cielos
y, rompe su atavío
en ajuares de velos
y, desnuda mi cuerpo cual flabelos.
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John Morales Arriola.