Hallo la paz en tu mirada,
en tus noches solitarias cargadas en tu espalda,
en la rendición de cuentas que hace el viento a lo que siento,
en los recónditos lugares de tu alma donde conservas nuestro pacto con el sentimiento.
Hallo paz en tu sonrisa,
como la hallan los cisnes cuando juegan con la brisa y se encuentran con la brizna,
como la halla un poeta cuando logra colar un verso por una herida
y sin pensarlo, todo cambia sin medida,
hallo la paz en tu susurro escondido,
en cien mil aves solitarias que andan buscando un nido.
Hallo tu paz en mi hombro,
como la hallan los cactus al besarse con el desierto,
como la halla el corazón cuando el amor le ha descubierto,
en cada rincón de tu finura y en la conspiración de estrellas para iluminar tu hermosura.
Hallo la paz en tu color,
como la hallan las acuarelas en un cuadro de Afremov,
en tus días de sonidos de tiempo por el piano de la sala,
en tus bordes de aura que se mezclan con la aurora,
hallo la paz en tu boca y en éste pecho que te adora,
pues la paz es un estado de silencio, mientras nos perdemos en la calma…
Ricardo Felipe
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