Hay tantas historias de desamor tiñendo las paredes, que la mía no cabe. Un corazón destrozado tiende a ser de rojo púrpura, a parecerse a hojas prendidas en fuego, después de quemar las palabras de amor que nos destrozan. A miradas estacionadas en asientos vacíos -palpables ausencias debajo de la lluvia-
El cuerpo quemando por un recuerdo que nunca llegó a cumplirse.