Mamá
Mamá:
amo los años
de tus ojos.
Las arrugas de tus miedos:
los cargados sueños de tu infancia.
Tu boca lleva las huellas
de tus sonrisas.
Tu mirada impecable está
llena de sueños nuevos.
Clara e interminable tu voz:
espacio breve tu realidad.
El tiempo te impacienta,
llevándote al borde del miedo.
Pero aun así, no mueren
tus dormidas auroras.
Tus manos
llenas de experiencia,
guían mis ojos,
en la penumbra
de tu ocaso.
Mamá:
cuando el tiempo
desgaste tu vida:
te daré mis horas:
! Para que seas eterna!