Es efímero
ese tiempo de cada uno...
Muchos prefieren el yugo
de lo eterno.
Empresarios
calculan costos y precios
muy lejos de afanes necios
de igualarlos.
Va soñando
construyendo sus castillos
mientras todo con su brillo
va alumbrando.
Somos tantos,
todos queremos surgir
oportunidades mil,
en reparto.
Ese célebre
hijo de José y María
es el único mesías
en pesebre.
Vida y muerte
sucesos impredecibles
además de irrepetibles
¡No hay suplentes!
Cada día
desde tiempos ancestrales,
vienen oportunidades,
¡Qué alegría!
Utopía
juega a ser realidad
en la inmutable verdad
de mis días.
Canta el ave
y su trino al aire besa
con alegría o tristeza
usted sabe.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela.