La luz despierta
con su piel de tiempo
y despliega su resplandor
en la concavidad del cielo,
se frota sus párpados
y te piensa,
te imagina y esculpe,
te vuelve sustancia,
cuerpo
Te arroja al centro del día
río de ríos que fluye,
que avanza
con sus aguas luminosas
que te circundan,
que te contemplan
y se instauran en tu ojos
gotas de sol en pausa
Y toda tu, tan llena de presencia
de claridad desnuda,
fluorescencia que ciega,
te sabes viva
y te miras
y desapareces tu sombra,
te bebes a ti misma
y un pájaro dorado
dentro de ti
canta…