No tendrás otro Dios delante de mí.
Deuteronomio 5,7
Señora de mis sueños
Rectora angelical,
Figura inmaculada
Imagen celestial,
Imploro ciegamente
Cada noche en mí rezar,
Aceptes mi deseo
De verte despertar,
Tocarte dulcemente
Amante espiritual.
Ahora sé que duermes
Desvelo no tendrás,
Sueñas que te quiero
Ferviente pensarás,
Excitante está tu mente
Palpita sin cesar,
Me piensas insistente
Lo haces sin cesar,
Me besas dulcemente
Actúas con bondad.
Vibrante tu sustancia
Vehemente clamará,
Exigente, rigurosa,
Demandante llamará,
Reposas entre sueños
Imaginas singular,
Dormida tú razonas
Efusiva buscarás,
Dócil son tus sueños
Manso el despertar.
Ángel de mi guarda
Escolta divina,
Custodia Espiritual
Insignia bendita,
Protectora de sueños
Amante incisiva,
Quimera queriente
Imagino le guías,
Delicada, ferviente,
A mi vida encaminas.
La noche es tranquila
Tu sueño está en calma,
Suspiras durmiente
Anhelante proclamas,
Ilusiones queridas
Te brotan y estallan,
Quererme por siempre
Amarme sin trabas,
Sentir mi pasión,
Mi cuerpo, mi alma.
Ahora despiertas
Consciente me llamas,
Meditas tu sueño
Reflexión endiablada,
Tu pecho se agita
Te miras dañada,
Tu cuerpo es ardiente
Le tocas, se agrava,
Caluroso le sientes
Me piensas, me amas.
Tu voluntad doliente
Percibe tú falla,
Mitigar quisiera
Apacible y en calma,
Fortalecer tu cuerpo
Añadirle confianza,
Sentirle apacible
Con gracia y magia,
Lúcida, amorosa,
Quererle sin faltas.
Rafael Antonio Panamá Sánchez