Con una gran nostalgia recorro los pasillos abandonados de nuestra casa azul.
Aquella que fue nuestro palacio y guarida.
Ayer, vivrante y radiante ante la luz de tu presencia.
Hoy, solo ruinas habitan los rincones, hundidos en una efimera soledad.
Las paredes deslavadas lloran tu ausencia y no etienden por que ya no volveras.
El vacio hace un profundo eco del canto de tu risa que desgasta su esperanza.
El fantasma del tiempo desquicia su mente e imagina tus pasos al anochecer, subes sutilmente por la escalera y entras a nuestra habitacion desbordando un aroma que murmulla un \"te amo\".
Hay vacios que nunca se llenan y amores que nunca se olvidan.