Con suave hechizo al oído susurraste,
un sutil te quiero,
el alba, apenas sus ojos abría.
Las olas lamian las blancas arenas
de tu playa.
El golpear de ellas con fulgor,
Enardecían mis
Arrebatos.
Sigilosamente
a través de la ventana los rayos del sol,
nuestros cuerpos iluminan.
Las vaporosas melodías del viento,
sobre ellos se derraman.
Del momento su placidez invita a amarnos.
El dios eros los instantes difumina, aromándolos
con fragancia a frutas frescas,
elevándolos
al paraíso terrenal.
La inocente entrega de nuestro arrebato febril
en nuestras almas queda,
cual ofrenda a nuestro querer.
Cándidas sonrisas de tus labios nacen.
Al depositar un tierno beso en ellos.
La paz llegó.
bambam