A tu lado siempre, y aún así invisible, como una sombra tuya bajo la luz de la luna,
mi respiración sobre tu piel, el viento cargando tu perfume que envuelve mi ser,
mi voz enmudeciendo mientras tus pasos se alejan de las yemas de mis dedos,
fija tu mirada buscándole, pero no te vuelves hacia el lugar en que reposa tu corazón,
mis manos sujetan ese órgano vital como la loba a su cachorro recién nacido.
Te busco, pero no te inmutas ante mis caricias orales o escritas,
alguien busca mi cariño de la misma manera que mendigo el tuyo,
te pienso y despierto bañado en el mismo sudor que se deslizaba entre nuestras pieles aquella noche,
recuerdos orgásmicos de sentir tu desnudez acariciada por mi morbosa visión,
¿buscaste en mi consuelo o simple venganza de la ingratitud de aquel arrogante e ignorante de tu necesidad?
Tus palabras e ilusiones me dejaron armar castillos de arena sobre tus pechos,
soñar entre tus piernas el poder ser aquel que te llevara hacia la felicidad plena,
compartir tu dolor, tu dicha y tu ansiedad, engendraron en mi boca besos para consolar tu alma,
mis ojos sólo grababan tu belleza en momentos de paz y quietud, esos que llenaban mi vida,
ser el curandero que necesitaba aquella médica, me enseño que las heridas necesitan amor.
E. Omiste
http://youtu.be/sIWq-V2H4V8