Una tarde cambio tu llamada,
después de 4 meses de ausencia.
Regresaba mi amada,
a devolverme de mi amor su esencia.
Lo tome por reservado,
y decidí no hacerme ilusiones.
La esperanza se había acabado,
nuestras almas tenían otros corazones.
En la madrugaste llamaste,
solo oí un “Ya estoy llegando”,
mi curiosidad intrigaste,
algo dentro de mi estabas despertando.
Cuando yo bajaba del cuarto piso,
te vi subir por las escaleras.
Hay Dios así lo quiso,
que pareciera irreal aunque no lo fuera.
Pasamos la noche al lado de nuestro oriundo
la noche parecía detenerse en un instante.
Me sentía dueño del mundo,
al verte dormida, hermosa y radiante.
Así nos llego la mañana,
era algo real, pero tan extraño.
Y después de hacer el amor
decidimos darnos un merecido baño.
Salimos a recordar aquellos momentos
tal vez a recordar aquellos instantes,
en que nuestros pensamientos
eran algo más que romances…
Disfrutamos de una tarde maravillosa
luego decidimos regresar a nuestro nido,
estabas tan linda y hermosa
que otra vez recordamos lo vivido.
Así acababa la tarde, era momento de tu partida
llegaste otra vez a mi vida
a curar por unas horas aquella herida
sellando nuestro amor con beso y una mordida…