Voy entrando con reptiles pasos lentos, quizás temerosos a un lugar distinto todo lo que recuerdo. Es en cada paso que la luz que observaba lejana empieza a brillar desde adentro mío. A medida que me voy acercando al lugar santísimo las capas muertas de mi piel van cayendo detrás mío, mis antiguas cicatrices van quedando en el rastro,y mi mirada se hace líquida al distinguir de a poco la forma humana y divina de la Luz hacia la que camino.
Y ya no puedo solo caminar, mi corazón me impide mantener el ritmo, por que se ha acelerado al ver con claridad el rostro que me espera en el cuarto. A medida que mas me acerco mas gruesas son las lágrimas, mas sobrecogedora es la pasión que me atrae desde sus ojos. Mas puras son las palabras que salen de mi voz.
A veces pienso que es insuperable lo que observo y vuelven caér mas velos de mi mirada. La revelación me hace arder y si antes corría ahora vuelo al encuentro del fiel y verdadero, infinito, poderoso y Santo Dios