El señor borrego iluminó mi rostro, una conexión extraña se hizo entre nosotros, y simplemente lo cogí de una pata y lo llevé conmigo.
Oh señor borrego! cuan feliz me haces!, cuando me haces compañía en la penumbra de la noche y entiendes mi lenguaje cortado cuando nadie más lo hace.
Eres el héroe de todas las batallas en contra de los monstruos que me atacan en mi imaginación de aventura.