Aquellas palabras que susurras al oído,
abre mis sentidos
y me eriza la piel,
un calor recorre mi cuerpo
y hace latir lo más íntimo.
Mis labios cálidos y húmedos no se dejan esperar
y un quejido suave rompe el silencio,
las caricias tiernas, recorren sin medir tropiezo,
avanzando hasta cumplir la pasión que florece.
La conciencia se aleja y no se escucha,
el corazón se agita por sentirte en mi fuego.