El amor de nosotros
es tan especial
que nos cambia el rostro
y nos hace volar.
El amor nuestro
es tan puro
que alma y cuerpo
parecen uno.
El amor de los dos
es tan de nosotros
es manantial de amor
de interminable gozo.
Tú y yo lo construimos,
supimos cada día edificarlo
ahora con él vivimos
y nadie puede dañarlo.
Ese amor que brotó
en mi alma y la tuya
el mismo Dios cuando lo vio
nos dijo sonriente: ¡Aleluya!
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela