Calla, ya sé que todo fue mentira
no cantes más tu voz en armonía
llena de ayeres y melancolía,
fría y vil sierpe que aún me respira.
De gozo, sólo su belleza admira
¡Cómo amé tus mandrágoras tan crudas
sin saber que de males tu piel mudas!,
tal vez mañana han de sonar tus liras
como dos dioses llenos de mentiras,
que da en mis labios un beso de Judas.
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John Morales Arriola.