Como perplejo en mi plato
la semilla de mi sudor
conciente que en poco rato
sonará mi tenedor.
Un vacío limpio escarlata
se dibujara en su fondo
seguramente conciente
que no quedaré muy gordo.
La suma de cada grano
se resta al ser comido,
confío que de mañana
no me duela el ombligo.
No quiero mover la silla
para apartarme de la mesa
temo durar mucho tiempo
volver a verla repleta.
Ya estoy terminando mi cena
mi día llego a su fin
rogando al Dios de la vida
volverlo a repetir.