Si existiera un río en el que nadando contra-corriente lograra volver el tiempo atrás, ¡qué feliz sería!
Me adentraría en su cauce quitándome un año por día. Cada noche repasaría mi vida, buceando en mi memoria hasta encontrar sólo puntos culmines. Y a la mañana volvería a sumergirme...
Llegaría el momento ansiado. Aquel en el que todo era perfecto. Resucitaría esas instancias con recóndito brío. Y me prepararía para un futuro de sol eterno.