Ya no quedan espacios en tu cuerpo
que no indagara mi hombría apresurada...
y al encontrarme sin vallas ni sorpresas
me sorprendió la nada...
Tú competiste, por mí, con varias,
y, en tu esfuerzo me abriste tus piernas
casi sin tocarlas...
¿cómo reconstruir el antiguo respeto
o cómo decirte ¡basta!?
Sólo sé que en realidad perdiste,
fue absurdo y de balde tanto sexo,
destruimos al amor
con el deseo...