Déjate acariciar por el silencio de la noche,
deja que yo entre en tus sueños,
llegaré con mis mariposas fucsias,
saciadas de mi almíbar,
para que se posen en tus labios
y puedas libar de mi aliento.
Leerás mis versos,
que están impresos en sus alas,
para luego echarlas al viento
que viajen por tiempo
y queden mis versos dispersos,
como huella imborrable
de lo mucho que te quiero.
Felina