Ay compadre
usted ya parece un perro
solo le falta su dueño
y que ladre.
Buenos días
fémina de lindas piernas
si me enreda tu melena
serás mía.
Adiós sol
tu presencia tan caliente
me nubla toda la mente
sin razón.
Tus cabellos
con sus rizos colorados
me tienen enamorado
sin remedio.
Mi madrastra
dándosela de princesa
por ser de la realeza
hoy se arrastra.
Nuestro gato
cuando se sube al tejado
vuelve tan alebrestado
que lo capto.
Ya tengo hambre
y no consigo comida
dicen que salió aburrida
a la calle.
Pajarito
he visto tu raudo vuelo
disiparse por el cielo
infinito.
Me deprime
que el agua otrora tan clara
tantas conciencias mal sanas,
contaminen.
Gente mía
dejo como penitencia
que distribuyan mi herencia
y se rían.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela.