Acaso está lloviendo también en tu ventana;
Acaso esté lloviendo calladamente, así.
Y mientras anochece de pronto la mañana,
yo sé que, aunque no quieras, vas a pensar en mí.
José Angel Buesa
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Desde que tu te fuiste yo peno en mi silencio,
la herida que me abriste no tiene justiprecio.
Tus risas, tus sonrisas retumban insistentes,
si apago mis oidos resoplan en mi mente.
Tus ojos, tu mirada son luces sin reflejos
pues mi vista cansada les percibe muy lejos.
Quisiera ya olvidarte pero no lo consigo,
aún sueño con amarte cuando sueño contigo.
Mi corazón partido lo tengo en dos mitades,
aunque no estés conmigo vives mis soledades.
Ayer feliz paseaba tu brisa por el viento,
ahora ya en mi alcazaba la brisa ya no siento.
Pasemos de los odios, simulemos los besos,
los rencores y oprobios no tienen retroceso.
Ni sé, ni me interesa si tu ahora eres feliz,
si otra boca te besa nada me importa a mí.
Voy recogiendo velas, me acomodo en mi asiento,
adios a las novelas, adios, mi amor, ¡lo siento!