Yo llegue encarnada de dulce adolescencia
casi sin conciencia,creyendo que todo era amor.
Yo venia estrenando,luciendo, existencia
con vocablos novatos, nacidos, del corazón.
Yo llegue perfumada. Yo venía triunfante
mojadita de agua salada y del rocío, de una flor.
Tu no estabas esperando mi poema fragante
Ni el designio laborioso de “algún Dios”
Más fascinada, te busque en este laberinto
Y entre tantas espinas, descubrí el dolor.
Yo desconocía los terrenos,los recintos
Y escuchaba canciones ,pero no tu voz…
Y hoy que la libertad me lleva a la viudez,
al silencio de tu nombre le hago honores
que velan una nueva sonrisa, en la palidez
de tus sueños …tus sueños ; besos cantores.
Antonia Ceada Acevedo