La vida pasa y estoy aquí.
Absorta, muda, inmóvil.
Los días pasan como un viento helado
que endurece los gestos en mi cara.
Pasa el tiempo y la gente pasa,
dejando el peso del dolor
adherido a mi espalda.
Duele respirar y estar despierta...
sino alcanza el aire y la mirada....
¡Tanta inmensidad venida a menos!
¡Reducida a un pequeño soplo
y al breve espacio que abarcan mis ojos!