Se termina una etapa y una nueva inicia
y ya ni existe en mi ser aquella caricia
en el alma que me significaba tu existir…
Me vienen a la mente imágenes viejas,
la tristeza de saber que de mi te alejas
a través de vías que nunca he de seguir.
Se siente un final, tantas excusas perfectas
y parece que internamente nada detectas
y un jardín que se muere, para ti aún vive…
Mustias, marchitas yacen las antes bellas,
cambiar el sentir en amistad rechazan ellas
y de la misma manera piensa quien escribe.
Ya ni siquiera se ve una cúpula sideral celeste
que a mis letras su belleza le entregue, le preste
para darle un disfraz de alegría a mi sentir triste.
Guardadas en algún lugar de mi alma están
las palabras sentidas cual una Eva a su Adán
que en alguna tarde fugitiva y lejana me dijiste.
Días para desandar rutas ayer transitadas,
para dejar libres ataduras injustificadas
pues en nada se justifican si ya nada atan.
Invisibles quedan expectativas de amantes,
sin pieles erizadas, sin ansias inquietantes,
mismas que a cualquiera en su sentir delatan.
Hay un ambiente de despedida que se siente,
mi alma sin cabida para la mentira que cuente
para tratar de evitar en mí extrañar tu esencia.
Llama tú a esta vivencia absurda inmadurez,
te erigiste en implacable e indetenible juez
y nunca seré quien llegue a apelar sentencia.
Poema original de Álvaro Márquez
Nacido en Caracas, Venezuela
Todos los derechos reservados
Correo: [email protected]
Twitter: @poreros
Publicado el 9/11/2014
Imagen: De Google