Cuando las palabras se hacen silencio,
Cuando habla la indignación,
La rabia contenida se hace nudo en la garganta
Y lejos de llorar, o de orar o lamentarse
El deseo es de liberar el grito sostenido
En los andenes de la conciencia enmudecida.
Ya basta, de ignominias
Ya basta de corazas a la rebeldía
Es hora no de llantos, si de protestas
Que de todos los rincones del planeta
Donde llega la voz enmudecida
De esos hijos, de esas madres de ese pueblo
No digo nombres, no digo fechas no digo sitios
¿para qué? Si sabemos cuál es el epicentro
De la violencia.
Ahí, donde reina la ambición de poder
La odiosidad de los gobiernos y el desprecio
Al pueblo soberano.
Hoy es pueblo mexicano,
Como ayer cualquier otro
Como mañana otros tantos;
Ya es hora ,si, ya es hora
de unir las voces y decir:
¡Basta!