Patria y Madre, que terrible yugo ha sido impuesto a tus hombros, corazón silente emplomado de ataúd es pesada carga a tus rodillas que dificulta el paso que te llevará hasta la orilla de la justicia. Patria y Madre en esta hora de dolor, avanzas despacio pero con paso firme, en tus venas llevas el hervor de la angustia corazón silente y lágrimas de hielo, mírate en el espejo, ve que el silencio y el tiempo no te vencieron. Patria y Madre, que terrible yugo se te ha impuesto, llorar entre gemidos tus noches negras, con el rostro endurecido ante el hallazgo de la fosa, de la duna y el fuego en la barranca que arrebatan el fruto de tu cuna. Patria y Madre de la América, que avanzas por el territorio buscando al invisible, no vuelques ese balde, no claudiques, sigue las huellas de su paso hacia el norte que buscaron mejorar tu vida. Patria y Madre, alma eterna y caminante no temas levantar las tapas de cloacas, fosas y aquelarres, busca Patria y Madre un rastro en el espejo del respiro de la vida, no hagas dulce resignación tu amargo llanto, no escondas más la herida. Patria y Madre con olor a muerte y pasto masticado, que tu alarido sea un choque entre ponientes que provoque hervir la sangre que nos heredaron. Patria y Madre es tiempo de valientes, de abandonar los miedos, de poner a hervir la sangre en los baldes e inyectar nuevos torrentes.
© Tizzia Holwin