Un gato
viejo y flaco
quiso comer,
pero en su plato
hecho pedazos
no pudo lamer.
Pidió a la gallina
“deme comida
por esta vez”
La gallina sin parar de reír
le dijo: “maíz
no come usted”.
Pidió al canario
el bocado diario
de su alimento.
“¡Ay gato! ¿qué hiciste?
sí tú no comes alpiste,
de verdad lo siento”.
Fue donde el conejo
y lo dejó perplejo
por el gran susto.
“Entiendo tu hambruna
pero la lechuga
no es de tu gusto”.
Se fue muy serio
a pedir al cerdo,
bastimento.
“Yo como afrecho
y eso de hecho
te pondrá enfermo”.
Lleno de miedo
fue donde el perro
a pedir huesos.
El perro dijo con alarde:
“Llegaste tarde
me los comí completos”
Al hambre gatuna
sus amistades ninguna
ayudó a vencer.
Por romper su plato
el flaco gato
se quedó sin comer.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela.