Que bella es la infancia, pequeño momento de la vida.
Remembranza en las primeras experiencias, cuando una caída provoca el llanto y en un instante la mano de los padres nos levanta y el consuelo es eminente.
El recuerdo del primer amor, amor que se guarda en silencio, limpio y puro,y se vive fugazmente en sus momentos de inocente dulzura, ternura.
Los pastizales inmensos, como el largo de tu cabello rizado, claro, dorado, como adorado el tiempo a tu lado.
Tiempo sólo de escuela, porque cuando a casa llegaba, esperar es lo único que hacia, tirado en el suelo, mojado del suéter, en mis bolsas canicas, regaños y risas pero siempre pensando en tus ojos de cielo.
Al llegar a la escuela lo primer del día, era cuidar tu llegada, y así saber si te vería en el corto recreo, y esperaba poder ver esa sonrisa que estaba en cambio, porque algunos se reían de ese cambio, pero para mi, no dejaba de ser la mejor sonrisa de todas.
A ciencia cierta no se como el tiempo paso tan rápido, ni se como es que te quise, a pesar que ni siquiera éramos amigos, porque muchas veces me pregunte si sabías que yo existía, ya que en ocasiones pase a tu lado y tu mirada apenas y me tocaba, siendo que tu existías en todos mis momentos.
¡Eras eso que no se puede tener a un que cerca este!
En fin, así eran esos momentos.
Así pasaban los días semanas y meses sin decir nada, por que el miedo a tu rechazo era mi más grande temor, pues yo no sabía como hablar de amor, y lo único que hacia era proteger tus momentos, y tratar de estar en ellos.
Llego el momento de la partida, la evolución a otra etapa de la vida.
A mediados del verano la secundaria llego y con ello más distancia, más responsabilidad y menos verte.
Y aún así me las arreglaba porque no soportaba el hecho de no verte.
¡Pero algo paso, ambos crecimos un poco más!
Por fin me viste, por fin te hable, y mis temores ya no existían para estar contigo, por fin ya éramos amigos.
Y de ahí nuestra historia.
Historia que cambia de lo inocente a lo que sigue en cualquier vida.
Cuando el tiempo, el destino y la vida nos da la oportunidad, esto que digo hoy es recuerdo.
Y hoy que a mi lado estas me gusta recordar lo que nunca supiste, lo que yo pensaba y sentía en el silencio de mi infancia, cuando en silencio te veía, cuando en silencio ya te amaba.
Y que hoy recuerdo con tanta ternura.
Marc Téllez González