Traigo un poemario dedicado al acaso:
Versos disparejos, sumiendo autor y libro;
recóndita existencia deshojada en vigilias,
arca de todo cuanto pude y he sentido…
Traigo en ese espiral de vida mal trazada,
Heridas…doloridas encrucijadas; ilusiones hurtadas;
Por semidioses, que resultaron hombres sin musa:
Mismos brazos y besos; mismas mentiras y excusas…
‘Versados en actas de promesas no cumplidas’;
En suplicio, y ofertas al abandono del tiempo:
Páginas sueltas… hurañas… yermas.
Pero noctámbula sigo, tras ‘la misma estrella’,
o de algún rastro de luz que resulte de ella…
Y aunque al fin, tan solo reaprenda a vivir ‘sin verla’;
Insisto en delinear el deseo de tenerla…
Es cierto que apenas con la pluma entre mis dedos
Retengo al Cielo y lo acaricio, atesorando secretos;
Mas traigo cicatrices que no duelen a la luz del infinito,
Porque voy zurciendo el alma con puntos suspensivos…
(Socorro Maria Lopes)