Al fraguar mis deseos con el frío de la razón
desempolve mis recuerdos y los enfrente a juicio.
El día era soleado pero insistía con tesón,
la sensación de ser nublado, cielo gris y vacío.
De que me sirve amarte si nunca haz comprendido
el intenso compromiso, el estrecho lazo.
Te extendí mis brazos esperando lo mismo,
es extraño sentir el corazón arrepentido.
Claro que hay días en los que me pregunto
si habré hecho bien al elegir este camino.
Luego de inmediato comprendo que fui astuto
al descubrir a tiempo en este amor su termino.
Pero sabes? no te miento.
De cuando en vez me visita melancolía,
con su fría mano acaricia mi espalda.
Hablamos de ti y de nosotros todo el día,
pensando en los hubieras, que pasaría?.
Me ahogo en mis penas y me aferro a tu falda
dentro de mi mente aun logro ver tu aura.
Espero que comprendas.
No soy de los que usan y botan,
huyen, rebotan, trazan y cortan.
Soy de esos antiguos pasados de moda, la vieja escuela.
Arreglar y zurcir, remediar y aliviar, esto es lo que hago.
Y aunque mi intención siempre fue evitar que esto duela
no se revivir a los muertos, no hago milagros, no soy un mago.
Al final, en medio de la noche me restauro a mi mismo
alejo a tu fantasma y exorciso mi cama con una lagrima
tu indiferencia me hace daño como a una ciudad un sismo,
no hay medicina que alivie el dolor del alma.
La verdad es que no fue fácil salir de tu abismo
pero tu corazón de piedra me sirvió de escalera.
Al día de hoy sigo pensando en lo mismo
solo que ahora soy feliz de que esto sucediera.
Descrubrí que tu amor siempre fue un espejismo,
y no vas a encontrar quien te ame a mi manera.