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Te encontré cuando vagaba entre sombras,
cuando sentía el corazón herido y destrozado;
encontré un oasis de luz en el árido desierto,
una isla perdida, paraíso en un mar lejano.
Te miré y aferrada a la oscuridad de tus ojos,
cerré las profundas heridas que otros dejaron
y olvidé que sentía miedo a volver a amar,
mientras despertabas mi piel del letargo.
Te encontré cuando en nadie creía,
cuando la cruel soledad me apresaba,
encontré un rayo de luz en la noche,
un suspiro de amor acariciándome el alma.
Te miré y prendida de tu increíble sonrisa,
derrumbé el muro que ayer me encerraba
y olvidé que juré no desear a nadie jamás,
mientras mi sangre de ti se embriagaba.
Te encontré cuando negaba el amor,
cuando era alma herida y desgarrada;
encontré un sol ardiente en mi amanecer,
un sueño de luz, en el fuego de tu mirada.
Te miré e indefensa frente a tu cuerpo,
desterré de mi ser cada lágrima derramada,
y olvidé que no quería entregarme jamás,
mientras tus ojos profundos me hechizaban.
Te encontré cuando el pasado quería olvidar,
cuando quería arrancar de mi piel los recuerdos;
encontré un mágico poder que me arrastró hacia a ti,
pasión infinita gritando tu nombre en mi pecho.
Te miré y anhelando sentir el calor de tu piel,
liberé mi alma herida de su eterno tormento
y olvidé que quería huir del maldito dolor,
mientras soñaba con fundirme en tu cuerpo.
Adoración Medina
Dedicada a A.H
5/10/14
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