Una mirada de un ángel no es
Como el murmullo de una voz liviana
Porque tus ojos, siempre tu s ojos
Serán para mí el verso
Ya que el cuerpo puedes entregárselo al aire
Quizás al sol que deslumbra en cada alborada
O quizás puedes entregárselo al mar
Que recoge mis esperanzas
En alguna playa desértica
O tal vez a la tierra donde tu cuerpo
Germine en campo de rosales
Me quedo con tu mirada
Que va encerrando al alma
Ya que la mirada sin alma es ciega
Las miradas profundas
Nunca serán como la voz o las palabras ligeras
El mundo entre mis manos
Es correr a ciegas
En un campo de espinas
Surcando la tierra
Donde tu cuerpo da surcos
Dejando que el amor nunca acabe
Mírame mi bello Ángel
Que tus ojos anidan en mi alma
Transformándose para mí en versos
Mi Mundo se desoja en tu piel
Tras la luna de cristal, donde una rama roja
Me muestra un lento otoño golpeando mi ventana
Pero tú mirada profunda,
Me atrapa con sus aromas, con su fuego abrazador
Retorciendo mi piel como leña
Quemándome lentamente
Dejando mis caricias en cenizas
Impalpables que se diluyen al viento
Tu mirada queda aferrada en mi alma
Diciéndome quédate unos minutos más
Que el corazón aún no se funde, en nuestros parpados
Y el silencio irrumpe con sus besos
Deteniendo el tiempo
Arrojándonos en lluvias de caricias
Humedeciendo los te amos
Que florecen en las sombras de nuestros cuerpos
Un grito escondido en la garganta
Suplica que la mirada del alma
No me suelte, de entre sus manos
Hasta que el brillo de tus ojos crocantes
Nos sorprendan amaneciendo abrazados
Con los ojos limpios y la piel enamorada
Con los espacios llenos de tu miradas hechos versos
Esas mismas miradas profundas de tu alma
Que jamás serán ligeras como el viento….