Tenía tiempo sin escribir, sin soñar,
tiempo sin poner a volar
mi imaginación en la distancia.
Tiempo sin calibrar a la vez,
lo que será mi vejez
y lo que fue mi infancia.
Tiempo sin analizarme bien,
sin preguntarme a quién
podré dedicarle un poema.
Llevando como una cruz
mi experiencia que es la luz
más ardiente que hoy me quema.
Llevaba tiempo sin sentarme
para tratar de acordarme
de mí en distintas etapas,
de lo que soy, de lo que fui
y de recuerdos así
sabes que nunca te escapas.
No sé si el blanco que decora
las canas que tengo ahora
serán el reflejo de un final.
Si soy alguien y no sé quién,
si creo que todo lo hice bien,
pero en verdad lo hice mal.
No sé por qué escribo
ni por qué no, porque vivo
eludiendo mi sentir,
pero hay ciertos instantes,
en que quisiera ser el de antes,
pero ya no puedo fingir.
Cada día me cuesta más
poder encontrar la paz
necesaria para escribir
y es de lamentar
que no encuentre qué pensar
y no sepa qué decir.
Hoy he vuelto a verme
y a tratar de convencerme
de que voy de menos a más,
pero es inútil pues no olvido
que un año que se ha perdido
ya no tiene vuelta atrás.
No hay un poema que pueda
en el tiempo que me queda
darme ese sentir que penetra,
pero yo humildemente
escribiré contigo en mi mente
y con Dios en mi letra.
Poema original de Álvaro Márquez
Nacido en Caracas, Venezuela
Todos los derechos reservados
Correo: [email protected]
Twitter: @poreros
Publicado el 13/11/2014
Imagen: De Google