De padre a Hija
La vida nos da momentos felices y con ellos gozamos.
Pero también nos da momentos de tristeza, y;
Creo que entre las penas y el dolor, se conoce lo inimaginable,
Lo que la mente desconoce, pero el corazón en uno de sus rincones
Es capaz de decirnos lo contrario.
En grandes momentos de mi vida había un pedazo
De cuerpo y de mi sangre mortificando mi existencia
De una u otra manera y que pese a tenerla cerca,
Ella estaba lejos de mi pensamiento.
Pero Dios sabe poner las cosas en su lugar, y;
Me puso en un momento difícil de mi vida
Con una enfermedad sin vuelta y en ese momento
Me di cuenta cuanta gente estaba a mi lado.
Vi nacer una flor en primavera y ahí estaba ella
Ese pedazo de cuerpo y sangre, mi hija Betty, que;
Aparece como un collar de piedras finas y que pese
A sus dificultades de salud, puso su tiempo a disposició
De mis dolores, penas y tristeza.
Ese pedazo de cuerpo y sangre
Es un jardín de flores de aroma dulce que día a día
Llena mi corazón y mi alma
Llena de confianza y fuerza para salir
De mis penas, dolores y tristezas.
Hija eres muy especial
Tu familia es tu misión, sin importar tus penas
Tu hijos, esposo, hermana, sobrinos, nietos y hoy tu padre
No hay horas, ni sacrificios para estar presente.
Los árboles cuidan sus frutos
Las plantas sus flores
El mar su fauna marina
Y tú hija mía la familia
Solamente Gracia por ser mi hija.
Autor: Hernán R. Cornejo Véliz