Epígrafe:
“En cada extremo del río
hay un amante esperando,
uno hace tiempo que espera,
el otro, no sabe cuanto.”
Soñador Secreto
(Pseudónimo de un poeta
de la red “Poemas del Alma”)
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¿Qué será de nosotros?
¿Cómo responderemos las preguntas,
cuando quieran saber
sobre las caras alegres
que teníamos frente a todo?
Claro, era que el TODO no era todo.
Debajo de nosotros
corría un río desconocido.
Sabíamos del bien estando juntos,
pero el río corría... corría...
y solo sentíamos golpes fuertes
como los de las corrientes del Churún Merú,
cuyas frías aguas producían calor
en nuestros cuerpos
y revezaban los presentimientos negativos.
Aquel río del tiempo,
en cuya ribera refulgían
las estrellas de junio,
cantaban a la vida;
pero en ese canto,
es posible que no lo hayas entendido,
una vez te dijeron que ya tú no eras libre
y, en consecuencia, tampoco eras feliz.
Libertad-felicidad o viceversa
se ha constituido en tu futuro perorar.
Tal vez, por eso, cuando te dijeron
que no volverían más caras alegres,
que el TODO no era todo,
que las estrellas de junio no tendrían
las estelas-colas de otros días,
pensaste que ya no podrías responder las preguntas.
Te quedaba solamente las estrella más pequeña
y te aferraste a ella.
Así la espera...
continúa... continúa... continúa.
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Roma, invierno del 2014.