En el mutismo de las penumbras
donde adormecen grandes recuerdos
subyacen trozos de nueva vida
que palpitan y llenan espacios.
El aroma de flores dormidas
se va despertando con el sol,
y en las tenues horas de tersura
se aposenta dentro de mi ser.
La nostalgia de la tarde quieta
tiñe de sepia el vasto horizonte
y nubes con reflejos azules
se emborrachan y sueñan que llueve.
Con la música de su vil risa
el violín de su existencia muestra,
desafinos de tonalidades
que deslucen lo bello de su arte.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela.