Quiero ser un soberano
en el castillo de tu cuerpo,
pero quiero ser un rey amado
no está en mí, ser un tirano.
Amarte no es un pecado
y si lo fuera, me declaro
el pecador más grande
porque en el río de mi sangre,
tú eres mi náyade...
Quiero ser la fuente
o la fuerza vehemente
que libere tu suspiro
cual fuego que arde.
Quiero seducirte y besarte,
desde tu altiva frente
hasta tu torso blando y otero
y sentir que levante vuelo
nuestro mutuo deseo...
Quiero enseñarte
que el amor es un arte,
si somos protagonistas de un cuento,
quiero un feliz desenlace...
Adolfo César (NAZARENO)