Quiero cantar “el camino”,
ese camino que hacemos en nuestro viaje cotidiano,
y al que llamamos simplemente “vida”:
nuestro diario e íntimo desafío,
anhelo encarnado
en nuestra personal “travesía”,
nuestro común (pero íntimo) viaje,
bella y apasionante aventura.
Y es que…,
cuando necesitamos cantar “cosas / causas” esenciales,
estamos obligados a hablar con metáforas
(camino, viaje, aventura, colores, travesía, …),
y a pensar con símbolos, con mitos y con ritos:
así lo exige ella, el alma,
ese “ánima” (“alma” en Latín) que nos anima,
es decir, que nos da la vida.
Un primer “color” que pinta a nuestra travesía cotidiana
-metáfora de nuestra cultura común-
es el “CELESTE”,
pues expresa la existencia de un Cielo al final del camino
y de “un Padre Celestial”, a quien -como niños-
pedimos que nos dé el pan de cada día,
que perdone nuestros “pecados” y que -como recompensa final-
nos regale ese CELESTE Cielo, sus estrellas, sus delicias.
Un segundo color, muy diferente del Celeste,
canta “tal cual” LA TRAVESÍA vital de nuestra existencia:
es el \"VERDE\", “Verde Mar”;
un viaje interior, con toda clase de riesgos y de aventuras,
de aciertos y de fracasos personales,
de maravillas y de angustias existenciales,
cuya figura mítica es “la Odisea” de Ulises y su “Viaje a Itaca”.
Este color, el VERDE, canta un profundo desafío:
“Caminante, no hay camino, camino se hace al andar\"; “cuando salgas para hacer el viaje hacia Itaca, pide que tu viaje sea largo,lleno de aventuras y de conocimientos…”
(así lo cantan Antonio Machado y Lluìs Llach).
Y un tercer “color” es el \"NEGRO\",
el color “religioso por excelencia”, pues nos “religa”
y da sentido a “las noches obscuras del alma”,
soledad y desamparo místicos (San Juán de la Cruz) (1) .
Y es que somos caminantes, creadores, poetas del Alma,
que nos forjamos nuestro coraje y fervor y cotidianos,
esa travesía que hacemos y nos hace día a día:
nuestro anhelo,
nuestro Verde Cielo,
Mar Azul, Místico Empeño,
Verdes y Amados Sueños.
*(1) Remito al lector a los preciosos versos “LA NOCHE OSCURA”, de San Juán de la Cruz, que publiqué el pasado 12 de Octubre 2014.