Otra historia de amor
Con ojos de misterio, una bella dama,
se para en el camino y deja sobre el suelo
dos rosas amarillas sobre nieve blanca;
un día que no llueve, cuando el sol se ocultaba.
Un hombre está sentado en el banco de un parque,
su corazón sangraba de triste desconsuelo,
pasando sobre el césped, su vida sin sentido;
después de haber sabido que ella le abandonaba.
La mujer de las rosas, se aleja muy despacio,
llorando va en silencio, el corazón vacío;
la garganta se quiebra en enorme alarido,
andares vagabundos y destino perdido.
Era toda su vida, vivía para ella,
solo pensaba en ella, y solo a ella quería.
Ese maldito día, nublaba su destino
dejando en el camino todo lo que tenía.
Recobrado el alivio, una luz se encendía,
la fe y la confianza retornan de repente;
el ánimo insurgente y firme la mirada.
Así, halla el consuelo, regresa la esperanza.
El hombre desespera y no encuentra razones;
todas las decepciones se agolpan a sus pasos,
no le importaba nada morir en ese instante;
la partida jugada, la llevaba perdida.
La mujer a su casa enseguida arribaba
en ella le aguardaban las paredes vacías;
se metía en la cama, para olvidar momentos,
pero estos argumentos no la satisfacían.
El hombre, se sentía confuso del suceso,
sabía que ese amor se había terminado;
pero sin darse cuenta se sentía ilusionado
por vivir otro amor, como ocurre en los cuentos.
Ella, aún no despierta, la noche se ha hecho larga,
se vuelve a ver la estrella que luce en las montañas;
cuando sale la luna, se desata la calma
y vuelven a brillar las pupilas del alma.
La princesa del cuento, no tardaría en llegar,
y el acontecimiento volvía a comenzar.
¡Qué suerte había tenido, el hombre se decía…
encontrar el amor perdido, el mismo día!
RCI