Nos volveremos a encontrar
y llenarás mis arcas de alegría.
Aparecerán los soles ocultos
con la luz que tanto tiempo estuvo perdida.
Porque, mujer, está en ti todo lo que alguna vez he querido,
desde la seducción de tus lineas exquisitas
hasta el amparo de tu amor heróico.
Me has vestido desde tu encuentro
con el abrigo de una esperanza sustanciosa,
bordado con tus dedos de ternura, aureados de caricia.
Con tu encuentro dejé de ser un hombre sin motivos,
deje de espantarle las alegrías al tiempo.
Con tu encuentro deje de ser tantas cosas, para convertirme en muchas más,
por eso confío en la bondad de la vida
que volverá a poner nuestros cuerpos francos,
para que me encante tu rostro
para habitar tu mirada.