Se anuncia el vuelo en la noche
Y se va desvistiendo de lis el alma
hasta fornicar, lo justo, con algún quijote
que desdeñe, excesivamente, la nada…
la oscuridad más vieja del mundo
se oculta sensual generosa y dada
a la sonrisa rosa, de otros fantasmas.
La noche para calar la almohada.
También, la noche; antesala del deseo
es cómplice de la esencia de la palabra,
y es, también, un pecho para los dormidos;
donde descansan los tristes y la desesperanza…
La noche es la luz que traspasa la cripta
donde mora el tesoro ganado en la batalla,
es la encargada de enviar los recuerdos
al universo interior donde las ganas ganan.
Antonia Ceada Acevedo