Entre el yugo y la carreta
los bueyes van uncidos
los dos siempre unidos
como botón a la jareta.
El hombre y su picana
para guiar a la yunta
a uno y otro los junta
para que tiren con gana.
Por la alameda silvando
una canción del folclor
donde menciona el amor
que en casa está trabajando.
Igual que el tordo y el trile
sus gorjeos van trinando
ambos están trabajando
haciendo su patria Chile.
La tarde se va apagando
entrando a brillar la luna
los bueyes son como una
sombra que se va sembrando.
En el surco del camino
con álamos por compañero
silva el viento con esmero
entre las ramas y espino.
La casa ya se divisa
y el ladrido de los perros
avisando que desde los cerros
la carreta baja aprisa.
Desenyugar la pareja
de bueyes solo le queda
asegurar esas ruedas
y a cerrar la vieja reja.
Cenar bajo el alero
con su mujer que lo quiere,
cuenta de sus debere
mientras se sirve el puchero.
La luna entró a la pieza
iluminando la cama
donde verá a su ama
como arrodillada reza.