Vos la tenés en los brazos,
ella asegurá quererte,
vos sobre ello pensás
que de balurdo niente.
Vos gozás de sus encantos,
la tenés siempre presente;
vos la querés de verdad;
dice ella correspondete;
mas cuando con vos está
por caprichos de la mente
ella pensá en aquel otro
que la satisface plenamente;
el que la hiciera gozar
más que vos, intensamente;
el que un día la amuró,
del que bebía de su fuente
de placer, de modo intenso;
un amor evanescente,
y a los brazos de aquel otro
se iría probablemente
tan pronto apareciera
en su vida de repente.
¡Cambiá!, ¡canejo!, compadre.
Estudiála, sé consecuente.
Sé el que la enloquecés,
a quien tenga en su mente
Decíle cuanto la amás
con palabras cuando siente
tu cuerpo junto a su cuerpo.
Procurá estar pendiente
de sus deseos más nimios
de sus caprichos latentes.
Si sabés como tratarla;
si sos capaz y paciente;
si sabés buscar la fibra
sensible por la que siente
placer y sensualidad,
sos buen gabión y potente,
yo te aseguro compadre,
conozco bien a la gente,
que sólo en vos pensará
cuando esté con el ausente,
y a tus brazos volverá.
La tendrás incondicionalmente
- - -