Tempranito al mercado
El domingo me encaminé
Buscaba frutas y vegetales
Sal, condimentos y miel.
Al llegar a la tarima
Sentí una grave discusión
Un señor mal humorado
Alzaba el tono de su voz.
Su mujer tenía en manos
Un enorme ejemplar
Era gigante el pepino
Que ella quería comprar.
El marido muy furioso
Le decía: Ese, Jamás!
No dejaré que te lleves
A casa una cosa igual.
Y fue entonces mi mirada
La que pronto me delató
Los ojos se me torcieron
Cuando vi aquel trabucón.
Entendí el claro el enojo
De su marido gruñón
Pecaba de muy “escasito”
Y al compararse, perdió.
Presta tomé yo el pepino
Intentando todo acabar
Me apenaba el alboroto
Por un simple vegetal.
Pagué los diez pesos
Que pedía el vendedor
Se salía de la bolsa
El pepino disociador.
Les dejo aquí la muestra
De tan enorme ejemplar
Por suerte mi marido
Si se puede comparar.
En casa no hubo peleas
Más bien mucha diversión
Las rodajas fueron muchas
Para más de una ración.
Y aquí voy concluyendo
Esta cierta narración
No se acomplejen señores
Si sus esposas van a comprar
Pepinos o zanahorias
Que les puedan superar.
***
16-11-2014
Isis M. Sargento Soñadora, CUARTEL