Luna tu luz reverbera
viejos amores perdidos
que piden a la Dios Era
poder retornar al nido.
Ese beso como ofrenda
en mi boca quedo adscrito
sellando así la promesa
de nuestro amor infinito.
Esta vida de locura
te alejo sin yo quererlo
mi corazón se sulfura
en marea de imprevistos,
escupiendo cual vicuña
mis sueños hechos añicos.
Quiso el destino alejarnos
el olvido deleitarse
así vernos separados.
Siempre supe recordarte
dicho estaba cual oráculo
nací sólo para amarte.
Un beso y una flor.
Alfredo Daniel López.