Tengo ganas de decirte que te amo
Y tal vez no te lo diga;
Pero lloro por dentro y te extraño,
Aun cuando estás durmiendo a mi lado,
Porque pareces perdida.
Como anhelo pedirte que no temas,
No desconfío de la noche;
Pero me gustas cuando te inquietas
Ya que te abrazo y estás mucho más cerca
Y duermes tranquila entonces.
Tengo una gota de lluvia saliendo
De la nube de mis ojos,
Que no quiere lo que estoy queriendo
Aunque diga que no me está doliendo
Y de vez en cuando lloro.
Pero con un zarpazo de Cymbalta
Enveneno la tristeza,
Y te estafo las sonrisas, sin falta,
Si bien no rocían siempre las mañanas,
Me alegran los días de fiesta.
Me queda un viejo reloj descompuesto
Que no marca los segundos;
Sin embargo, las horas de lo nuestro
Corren descalzas como lo hace el viento
y se esfuman los minutos.
Y envejecemos, un poco, los labios
Porque se sume la aurora
Al final de cada noche del fajo
De las lunas de miel rotas en tajos
Cuando quisimos otrora.
Ahora, cuando los veranos llueven
Y el invierno hace verano,
te dicen que las golondrinas vuelven
y la primavera se devuelve,
yo digo que aún te amo.