Visten de música con colores, ataviadas de luz y mensajes
algunas son perfectas esculturas de palabras y pensamiento
las hay otras calculadas con exquisito rigor, medida y peso
estrictamente combinadas como aritmética de versos.
Unas son extensas historias que embelesan nuestra atención
no importa el tiempo que pase, mantienen nuestra alma en vilo
nos llevan paso a paso en verso suave, por su dulce camino.
Uno disfruta el trayecto esperando el desenlace de la historia
en que el poeta entrega su enseñanza, alimento para el alma.
Otras son breves, delgadas y puntuales, dicen lo suyo en un trazo
son de palabras escasas y de sílabas menudas, versos estilizados
pero aún en estos casos siempre luce la poesía su joya sabiduría
pues es común a escribir el tener que decir un mensaje pertinente.
Es condición imprescindible que cuando un tema llega al poeta
echando mano de sus mayores recursos le entregue su atención
y con profundo sentimiento aplicar todo su esfuerzo y pasión
muchas o pocas sus dotes, con su mente en la luz del tema
procurando que la inspiración quede palpitando en el texto.
Esencial es que el poeta detecte cuando su tema está gestado
e igual que un dibujante o pintor trace primero líneas y bocetos
de donde vaya surgiendo en relieve el ser de su inspiración.
El poema es como un ser vivo, requiere tiempo en formarse.
El tema inspirado es una luz al fondo que nos guía la escritura
alumbrando el alma que a tientas camina entre la penumbra
donde no pocas veces corre el riesgo de perderse de su esencia
o negarse el deber de orfebre que demanda pulir la joya
hasta que quede su imagen completa y diga exacto lo que piensa.
Labriego de la reflexión, el poeta puede extraviar su destino
andar su labor de pastor y profeta en sendas de ideologías
comprometer su libertad en nombre de partidos o sectas
o escribir por necesidad de aplauso o sentirse reconocido.
La poesía, igual que todo arte es para abrir nuevos caminos
luminosas esperanzas, de amor, paz, justicia y progreso
nunca llamar a la guerra, el odio, la tristeza o la muerte
La misión del poeta es alumbrar la oscuridad, predicar sabiduría
y cuando describa tinieblas y sangre es para convocar la vida.