HAITI… TIERRA TRISTE Y OLVIDADA
La sangre de tu hermano Abel
clama a mí desde la tierra,
se escucha el grito del niño
que le han robado a su padre,
tus ojos lloraron hambre…
ahora lloran soledades,
cuervos de mal agüero
se desplazan por tu cielo,
del abismo de tus fauces
sube un olor a miseria,
putrefacto está tu rostro,
ahora todos te recuerdan
y te buscan en el mapa,
cuan triste es tu panorama,
que pena lo que sufrieras.
Tu madre te unta el polvo
y a sus entrañas te lleva,
ella decidió quebrarse
por el mal que tú le hicieras,
por ofrecer en altares
la sangre de tantas venas,
que maldita religión
la del budu que te hiciera
apartarte del creador
y marchitar tu pureza.
Muchos ahora te miran con misericordia y pena,
aun así te mira Dios y espera que le creas,
que le devuelvas tu fe
y te apartes de impurezas.
Eres vocero del fin,
de destrucción venidera,
tu dolor puede decirnos
que eso mismo nos espera…
si no cambiamos el rumbo
de nuestra vida embustera.
Se oye el tambor que retumba,
tus muertos yacen sin velas,
se cuentan como animales
y con fuego te destierran,
ni una cruz ni un sepulcro,
ni una corona ni estrellas,
que terrible oscuridad
la que tus padres te dieran.
Tú sólo les distes albergue
a aquellos que lo pidieran,
y tus voces advirtieron del peligro
que te acecha,
nadie presto tu atención,
no tienes petróleo ni perlas,
sólo arena y vil desierto,
sequía, llanto y miseria.
Hoy muchos quieren ser buenos,
y enriquecerse en tus penas...
!Porque es que tardaron tanto
hasta verte sucumbir!
Con una bondad mediocre
ahora se apiadan de ti,
teniéndote en el olvido/ pudiéndote redimir.
Haití conozco tu canto,
el viento me habla de ti…
lleva un llanto de esperanza
y un eco de tu sufrir.