CARTA AL MAR
Querido mar:
Muchos hablan de ti, por tu belleza, tu talento, tu creación sin opinión.
De niña te lagrimé, de adolescente mis secretos conté, de grande fuiste testigo de mi cruel vida. Siempre me entendiste, paz me diste.
Enferma me contuviste, sentada entre piedras solo te podía admirar, nada podía realizar.
Hasta un día no pude más y a ti me arrojé, grandes olas sortee, bajo las cristalinas aguas nadé, nadé
Nada me pudo contener, eras tú y yo jugando, conversando, hasta que al salir a respirar vi el anochecer y a la dorada arena regresé con una caracola, que en mi mesa de luz tengo y cuando te extraño al oído la acerco, te escucho, te converso.
Fuiste testigo de mi vida, de los peores y mejores momentos. Qué puedo decir de ti!!! Si eres quien me apoyaste, sin decir nada me regocijaste.
Hoy estoy sola, por eso estoy haciendo lo posible para ir nuevamente a vivir contigo, a desayunar, a encontrar la paz que contigo Dios me da.
Ines Ine
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